Los jóvenes que prometen virginidad practican el sexo tanto como los demás

jueves, 5 de marzo de 2009


Los adolescentes que han hecho votos de virginidad hasta el matrimonio practican el sexo tanto como los demás, y es probable que no tengan tanto cuidado para evitar enfermedades y embarazos, según una investigación que publica la revista Pediatrics.

La investigación la condujo Janet Rosenbaun, de la Escuela John Hopkins Bloomberg de Salud Pública, y enfocó la relación entre promesa y práctica en los adolescentes de ambos sexos que han hecho votos públicos de abstenerse de actividad sexual hasta que se casen.



En las últimas décadas ésta ha sido una práctica entre muchos grupos religiosos más conservadores, en los cuales, en ceremonias emotivas los adolescentes proclaman su decisión de mantenerse vírgenes hasta el matrimonio y, en muchos casos, usan un anillo que simboliza ese voto.

Rosenbaun comparó a los adolescentes que habían hecho el voto con quienes no lo habían hecho pero tenían probabilidades de demorar su debut sexual. Añadió que ella no incluyó a los adolescentes que tenían pocas probabilidades de hacer tal promesa. "Los que han prometido virginidad y los que no la han prometido no muestran diferencias en las tasas de sexo vaginal, oral, anal o cualquier otro comportamiento sexual", señaló.

"Lo que es más grave es que los que han prometido virginidad muestran menos probabilidades que los otros de usar condones y de recurrir a cualquier forma de anticonceptivo", dijo la investigadora. Para este estudio Rosenbaun recogió datos sobre 934 alumnos de escuela secundaria que jamás habían tenido relaciones sexuales o que habían hecho el voto de virginidad, y comparó ambos grupos.



Después de cinco años de seguimiento los que habían hecho el voto no eran diferentes de los que no lo habían hecho en sus tasas de sexo prematrimonial oral o anal, o en los índices de enfermedades venéreas. "Los programas de educación sexual para los adolescentes que hacen ese voto tienden a ser muy negativos e incorrectos acerca de los condones y la información de anticonceptivos", explicó Rosenbaun.

El estudio encontró asimismo que cinco años después de haber hecho el voto de virginidad, más del 80% de los jóvenes que lo hicieron negaban haber hecho jamás tal promesa. "Este alto índice de distanciamiento puede implicar que casi todos los que prometieron virginidad consideran que ése fue un voto que no tenían obligatoriamente que cumplir", señaló la investigadora.


El Impulso Sexual

domingo, 28 de diciembre de 2008





Para los hombres, el impulso sexual es más gráfico, más evidente, pues va acompañado de erección. Lo sienten y cuantifican, en cuanto pueden sentir, medir y sostener una erección." El impulso sexual o la tendencia a las relaciones sexuales se manifiestan en la mente y en los genitales; es decir, tiene manifestaciones síquicas y físicas que son apreciables. Las personas sienten su presencia por cambios más o menos intensos en su propio cuerpo y con proyección a su psiquis.



Desde el punto de vista corporal perciben ese impulso, como una sensación de latido que se produce en sus genitales, vagina, incluyendo sus esfínteres vesical y anal y ese " latido " es real por la mayor cantidad de sangre que afluye a la zona pélvica, congestionando dicha zona y todos los genitales.



Esa sangre, es impulsada por las contracciones o latidos del corazón, latidos que se proyectan a las arterias. En ese latido, que se magnifica en toda la zona genital, especialmente la vagina, el útero, vejiga, recto, esfínteres, etc. que la persona percibe, todo está latiendo, está vibrando por la profunda congestión sanguínea en dichas zonas.



Hablando científicamente, debemos admitir, que el impulso sexual nace " se prepara", se " dispara " primero en el cerebro. Es el deseo sexual. Aquí por estímulos que pueden nacer en la propia persona, como las fantasías, o por estímulos exteriores, como la visón de una mujer hermosa o de un hombre atractivo, se producen en el cerebro, una serie de cambios por liberación de sustancias químicas que condicionan y desencadenan el deseo sexual, y que llevan a la materialización de lo que denominamos impulso sexual.En el varón el problema es más manifiesto por la presencia de la erección. La intensidad en ambos sexos depende de variaciones individuales y múltiples factores. Pero en ambos sexos puede ser muy intenso. Lo que ocurre es que en el varón el problema se exterioriza, se manifiesta, por la presencia de la erección..


Este es un hecho un poco o mucho más aparente que lo que se produce en la mujerEstos fenómenos se producen por afluencia de sangre a los genitales. Y el latido, de que hablamos en la mujer se extiende a todos sus genitales, e igualmente a los genitales del hombre como la próstata, las glándulas accesorias al aparato genital, vesículas seminales, pene y esfínteres.


Todo está latiendo, y ello cuantifica el impulso sexual.Los factores que inciden sobre el impulso sexual se pueden diferenciar en factores que lo producen o generan, factores que lo condicionan y factores que lo modulan o disparan..



Estos factores, que producen o generan los impulsos sexuales, son todos componentes del cuerpo y son los mismos tanto en hombres como en mujeres,, a pesar de la diferencia de los aparatos genitales.Los sistemas y aparatos involucrados, en este impulso, son el sistema nervioso central, específicamente el cerebro y el hipotálamo, el sistema endocrino, con la producción de hormonas, moduladora del funcionamiento de los ovarios en la mujer y de los testículos en el hombre y que dan tendencia al impulso sexual.



El desencadenamiento del proceso se inicia en el cerebro; allí se genera el deseo sexual. Las hormonas que se disparan constituyen el "cimiento" del impulso. La congestión o vasodilatación o aflujo sanguíneo a la pelvis y su consecuencia, la erección en el hombre, y la lubricación en la mujer producen los "latidos" a que aludíamos debidos a la mayor afluencia de sangre.



La congestión de los genitales, es el destino final de todo este proceso funcional que denominamos impulso sexual..Mujeres y hombres pueden sentir solo el "latido", " es una necesidad o urgencia" y lo sentimos en mayor o menor grado durante el periodo sexual activo.


Los factores que condicionan el impulso sexual, introducen variaciones en el mismo, pero no lo modifican, por ejemplo, la educación, condicionan esta respuesta.. Existen una cantidad de hechos educativos ligados a la sexualidad y que condicionan la manifestación de este impulso, sobre todo en la mujer; le otorga el permiso para la libre expresión, o restricción de su sexualidad en la vida adulta.



La religión, las costumbres, el marco legal y la diversidad de ellos, condicionan las pautas de respuesta, pudiendo inhibirla o liberarla. Dentro de este marco, se debe significar que todos estos factores hacen que la persona se vuelva administradora de sus impulsos sexuales, y en ello el proceso educativo es determinante, porque el impulso "está presente" y es fuerte. Pero el proceso educativo ayudará a las personas a administrar su sexualidad.



¿Por qué ellas fingen el orgasmo?

martes, 23 de septiembre de 2008


Muchas son las mujeres que requieren nuestros servicios para sincerarse y decir: "No aguanto más, tengo tiempo fingiendo los orgasmos, no quiero seguir así y no sé cómo decírselo".
Por otro lado, también acuden los representantes del género masculino con la otra versión del mismo problema.
Ellos generalmente se quejan diciendo: "Tenemos muy poco sexo, ella nunca quiere, ella no me busca, etc.".
El hombre se manifiesta más preocupado por la frecuencia de las relaciones que por la calidad pero, adelantando un poquito en la conversación, descubrimos que el poco sexo que tienen durante la semana es el resultado de mucho tiempo de "mal sexo"; por lo cual la mujer ante la imposibilidad de alcanzar el orgasmo, lo finge para no decepcionar a su pareja.
La mayoría de las veces se produce una solución de facto, donde llegan a tener relaciones sexuales una vez a la semana como autómatas, sólo para que se acabe el tema de discusión. De esta manera comienza un empobrecimiento de la vida en pareja con pronóstico reservado.
Una pareja que no está disfrutando sus relaciones sexuales padece una disfunción sexual que implica sentir menos deseos de repetir los encuentros sexuales.
Toda disfunción de este tipo necesita ser atendida profesionalmente, el primer paso es admitir que tienen un problema; el segundo, que hay que buscar una solución, porque esta no viene sola.
Las causas de esta disfunción pueden ser varias: bloqueos emocionales, desconocimiento de la sexualidad femenina, educación restrictiva, experiencias traumáticas y conflictos de pareja.
Independientemente de las causas del problema, lo fundamental es que la mujer conozca que el pleno goce de su sexualidad es una función biológica, y si no la ejercita como corresponde, su salud física y mental se verán menoscabadas.
Fingir un orgasmo es engañarse a sí misma.
El deseo de no herir a su pareja nunca puede estar por encima de la honestidad hacia ella misma.
Tener una buena conversación con su pareja y expresarle realmente lo que se quiere sentir ayudarán a la relación; eso sí, le sugiero escoger un momento que no sea cuando están teniendo sexo. El hombre que se encuentra en esta situación debe tener presente que su mujer responde al estímulo sexual con cerebro y hormonas de mujer, es decir que las áreas erógenas y las formas de excitarse son diferentes.
El hombre también debe recordar que el tiempo de excitación de la mujer es más prolongado del que requiere un hombre.

Querido lector, nuestra sexualidad es la función fisiológica y emocional de nuestro cuerpo que más deformaciones ha sufrido por la cultura, la falta de educación y el sexo comercial. Anímese y reconozca que tenemos que aprender.


Los orgasmos y el sexo a los 70


Muchos más placer y más orgasmos a los 70 años. El Instituto de Neurociencia de Gotemburgo (Suecia) ha comprobado que nuestros mayores han aprendido a vivir plenamente su sexualidad manteniendo una forma que les permite disfrutar de unas relaciones sexuales muy positivas.

Como recoge el diario El Mundo, la investigación se ha realizado durante 30 años con entrevistas a personas de esta edad y se ha concluido que ha aumentado el número de coitos de los mayores tanto en los casados como en los solteros.

En el trabajo publicado en el British Medical Journal, muchos reconocen que practican el sexo al menos una vez por semana y que la calidad es muy buena. Otro dato significativo es que las mujeres que ahora tienen 70 años están más satisfechas con sus relaciones que aquellas que tenían esa edad hace 30 años. Incluso afirman que tienen más orgasmos.

Para los hombres, la satisfacción apenas ha cambiado. Según los investigadores, esto se debe a que "ahora ellos tienen menos problemas para reconocer sus fallos en la cama, cosa a la que antes no se atrevían. Realmente no disfrutan menos, sino que ahora dicen cuándo ha estado bien y cuándo no".

En cuanto a los problemas, ha bajado el número de hombres con disfunción eréctil pero crece el porcentaje de aquellos con eyaculación precoz, algo más común a partir de los 40 años.

Las mujeres y la masturbación

lunes, 28 de julio de 2008


Pregunta: La idea de tocar mis genitales siempre fue dificultosa para mi. Me cuesta hablar con mi esposo sobre estas cuestiones. He oído que sabiendo como lograr el placer por uno mismo, uno puede disfrutar mejor del sexo con su pareja. ¿podrían darme algunos consejos sobre como empezar con esta práctica? --M.

Respuesta: Lo que haga para lograr el placer, es como un regalo para su cuerpo. Con la masturbación, tanto hombres como mujeres pueden tener una imagen más positiva de si mismos, experimentar la sexualidad, y comprometerse en un acto de amor con uno mismo. También puede ofrecer una mayor libertad sexual, y fundamentalmente, aprendiendo como responde su cuerpo, podrá compartir estos conocimientos con su pareja.

Su mala disposición hasta ahora no es inusual. Nuestros sentimientos negativos hacia la masturbación datan de los tiempos de la Reina Victoria, cuando fue considerado una forma de “abuso propio” que podría retardar el crecimiento, afectar la inteligencia, la moral, y debilitarlo físicamente. Crecimos sintiendo vergüenza y culpa por esas actitudes.

Aparentemente, ahora está usted dispuesta a salir del pasado, y puede invitarse a experimentar uno de los mayores placeres que el cuerpo puede darle. Su viaje comienza cuando USTED está por sobre todas las cosas. Debe sentir el derecho de desarrollar su sexualidad, y debe verse a si misma como importante.

Los siguientes ejercicios deberían serle de ayuda: Para comenzar, realícelos por lo menos dos veces durante tres o cuatro semanas aproximadamente. Escoja algún momento en el que no esté muy cansada y tenga un nivel de energía alto. Cree una atmósfera sensual y relajada trayendo a su habitación flores frescas y velas de colores. Empiece con los ejercicios solo cuando se sienta lista.

Comience siempre con un baño para relajarse, no necesariamente como los que habitualmente toma para higienizarse. Luego, preferiblemente en ropa de baño, use sus propias manos para sentir la piel contra la piel.

Mueva la mano lentamente, sensualmente, sin perderse ninguna de las sensaciones que experimenta. Vuélvase amiga de su cuerpo: una imagen positiva de si misma promueve una buen respuesta sexual.

En los primeros momentos, luego del baño, párese desnuda frente a un gran espejo. De un vistazo a su cuerpo de pies a cabeza, y piense, ¿"Qué me gusta de mi cuerpo? ¿Qué no me gusta?"

Además, tómese tiempo tocándose todo su cuerpo. Imagine que usted vino de otro planeta y aterrizó en su cuerpo por primera vez. Sienta la piel, los músculos y huesos de sus brazos, piernas y abdomen.

En la segunda semana, continué con los baños pero ahora enjabonándose manualmente los bellos púbicos. Después de eso, aplique una loción o aceite en todo su cuerpo. Luego, utilice un espejo de mano para mirar cuidadosamente sus genitales. Note su textura y color. Si en algún punto usted se siente disgustada, frene. Comience nuevamente solo cuando esas sensaciones desaparezcan. Sea paciente.

Cuando comience nuevamente, focalice su área genital, especialmente el clítoris. Explore estimulándose con varios tipos de caricias y presiones mientras se concentra en fantasías o situaciones eróticas vividas en el pasado. Estos "afrodisíacos mentales" sirven para estimular sus pensamientos y elevar su mente y cuerpo, en dirección al placer sexual. Recuerde: Está hallando y aprendiendo la misión.

Continúe con los baños. Además de sus genitales, toque otras partes de su cuerpo. Usted sabe qué es lo mejor para usted cuando desea excitarse y sentir placer; continúe explorando hasta descubrir como lograr las mejores sensaciones. No se olvide de los "afrodisiacos mentales" para focalizar sus sentimientos más sensuales.

Piense que está haciendo el amor con un amante infinitamente paciente, y dispuesto a hacer absolutamente todo lo que usted desee. O puede imaginarse a si misma como la mujer más sensual del mundo enseñándole a un amante sin experiencia el arte de complacer a una mujer.

Cuando estimule su clítoris, contraiga sus músculos, y, si lo desea, llegue al orgasmo. Puede planear como integrar estas nuevas destrezas cuando haga el amor con su pareja.

Si usted va paso a paso, se encontrara más liberada sexualmente, teniendo más conocimientos de si misma, aceptando su propia sexualidad, y participando en el comienzo de una vida más placentera.

Autor: Maribel Pinzón