El Impulso Sexual

domingo, 28 de diciembre de 2008





Para los hombres, el impulso sexual es más gráfico, más evidente, pues va acompañado de erección. Lo sienten y cuantifican, en cuanto pueden sentir, medir y sostener una erección." El impulso sexual o la tendencia a las relaciones sexuales se manifiestan en la mente y en los genitales; es decir, tiene manifestaciones síquicas y físicas que son apreciables. Las personas sienten su presencia por cambios más o menos intensos en su propio cuerpo y con proyección a su psiquis.



Desde el punto de vista corporal perciben ese impulso, como una sensación de latido que se produce en sus genitales, vagina, incluyendo sus esfínteres vesical y anal y ese " latido " es real por la mayor cantidad de sangre que afluye a la zona pélvica, congestionando dicha zona y todos los genitales.



Esa sangre, es impulsada por las contracciones o latidos del corazón, latidos que se proyectan a las arterias. En ese latido, que se magnifica en toda la zona genital, especialmente la vagina, el útero, vejiga, recto, esfínteres, etc. que la persona percibe, todo está latiendo, está vibrando por la profunda congestión sanguínea en dichas zonas.



Hablando científicamente, debemos admitir, que el impulso sexual nace " se prepara", se " dispara " primero en el cerebro. Es el deseo sexual. Aquí por estímulos que pueden nacer en la propia persona, como las fantasías, o por estímulos exteriores, como la visón de una mujer hermosa o de un hombre atractivo, se producen en el cerebro, una serie de cambios por liberación de sustancias químicas que condicionan y desencadenan el deseo sexual, y que llevan a la materialización de lo que denominamos impulso sexual.En el varón el problema es más manifiesto por la presencia de la erección. La intensidad en ambos sexos depende de variaciones individuales y múltiples factores. Pero en ambos sexos puede ser muy intenso. Lo que ocurre es que en el varón el problema se exterioriza, se manifiesta, por la presencia de la erección..


Este es un hecho un poco o mucho más aparente que lo que se produce en la mujerEstos fenómenos se producen por afluencia de sangre a los genitales. Y el latido, de que hablamos en la mujer se extiende a todos sus genitales, e igualmente a los genitales del hombre como la próstata, las glándulas accesorias al aparato genital, vesículas seminales, pene y esfínteres.


Todo está latiendo, y ello cuantifica el impulso sexual.Los factores que inciden sobre el impulso sexual se pueden diferenciar en factores que lo producen o generan, factores que lo condicionan y factores que lo modulan o disparan..



Estos factores, que producen o generan los impulsos sexuales, son todos componentes del cuerpo y son los mismos tanto en hombres como en mujeres,, a pesar de la diferencia de los aparatos genitales.Los sistemas y aparatos involucrados, en este impulso, son el sistema nervioso central, específicamente el cerebro y el hipotálamo, el sistema endocrino, con la producción de hormonas, moduladora del funcionamiento de los ovarios en la mujer y de los testículos en el hombre y que dan tendencia al impulso sexual.



El desencadenamiento del proceso se inicia en el cerebro; allí se genera el deseo sexual. Las hormonas que se disparan constituyen el "cimiento" del impulso. La congestión o vasodilatación o aflujo sanguíneo a la pelvis y su consecuencia, la erección en el hombre, y la lubricación en la mujer producen los "latidos" a que aludíamos debidos a la mayor afluencia de sangre.



La congestión de los genitales, es el destino final de todo este proceso funcional que denominamos impulso sexual..Mujeres y hombres pueden sentir solo el "latido", " es una necesidad o urgencia" y lo sentimos en mayor o menor grado durante el periodo sexual activo.


Los factores que condicionan el impulso sexual, introducen variaciones en el mismo, pero no lo modifican, por ejemplo, la educación, condicionan esta respuesta.. Existen una cantidad de hechos educativos ligados a la sexualidad y que condicionan la manifestación de este impulso, sobre todo en la mujer; le otorga el permiso para la libre expresión, o restricción de su sexualidad en la vida adulta.



La religión, las costumbres, el marco legal y la diversidad de ellos, condicionan las pautas de respuesta, pudiendo inhibirla o liberarla. Dentro de este marco, se debe significar que todos estos factores hacen que la persona se vuelva administradora de sus impulsos sexuales, y en ello el proceso educativo es determinante, porque el impulso "está presente" y es fuerte. Pero el proceso educativo ayudará a las personas a administrar su sexualidad.



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