La psicología de los hombres que pagan por sexo

martes, 9 de octubre de 2007


Un psicoanalista estudió el significado de esta práctica a partir de sus clientes habituales y definió a la prostitución como una "violación autorizada socialmente por la mediación del dinero"

Así lo estimó el psicoanalista Juan Carlos Volnovich, quien recientemente presentó su nuevo libro en el Colegio de Psicólogos de La Plata, Ir de putas. Reflexiones acerca de los clientes de la prostitución, donde estudia el comportamiento femenino y masculino ante las relaciones que sólo se rigen entre el sexo y el dinero.

Según publica el Diario Hoy, el especialista en sus páginas trata de acercarse “al tema desde la psicología del usuario, del cliente de la explotación comercial sexual a la que habitualmente se alude como prostitución”, de acuerdo a lo que figura en el prólogo del libro.

A fines de los ‘80, Volnovich publicó Machos fieles de gran corazón, un trabajo en el que analizaba cómo el hombre mantenía fidelidad con los valores de rendimiento, productividad y eficacia propuestos por el neoliberalismo, pero era infiel con respecto a sus mujeres.

Ocho años después, en otro trabajo, profundizó en los puntos sobre los que se sostienen las complicidades de género cuando se trata del análisis de un varón con otro varón. Ahora descubrió que la mayoría de sus pacientes tenían o habían tenido relaciones con prostitutas, y que era posible hacer una investigación interesante con ello.

Tal era el grado de naturalidad de esa práctica, que acepté un pacto de silencio implícito. Hablar de eso, hablar en serio, profundizar en el sentido inconsciente y en el significado singular de esa práctica, equivalía a la herejía de romper uno de los acuerdos más entrañables que los hombres podamos mantener entre nosotros”, aclaró el profesional.

Y destacó: “Las relaciones sexuales con prostitutas tanto refuerzan como desmienten los estereotipos convencionales de aquello que se entiende por masculino y femenino”.

Para alejarse de su objeto de estudio, Volnovich se encargó de desnaturalizar la práctica de pagar para obtener sexo. “El pago garantiza que el deseo de la mujer quede siempre en suspenso”, indicó el especialista, al tiempo que concluyó que “la pasión sexual a precio fijo y por un lapso de tiempo pautado, convierte a la mujer en descartable y atenúa el temor del hombre al cuerpo y al deseo de la mujer”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hablemos de la prostitucion a cargo de profesionales, ok? Dejemos de lado esa tendencia a victimizaR a la prostituta, como si no hubiera otra salida para ella, como si su entorno la hubiera empujado, al mejor estilo de telenovela mexicana, al arroyo de la vida. Hay mujeres que deciden ser prostitutas, aqui, en Buenos Aires y en Suiza, pais este ultimo muy desarrollado, segun creo. Lo hace para ganar dinero, como lo hace el masajista, el plomero o el sicologo. Vivira de eso, es su oficio. Y como en todo oficio, hay quienes ganaran mas. En Los Angeles hay prostitutas de 5000 dolares la noche (pobres explotadas diran por ahi) y en Lima de 300 o 500 dolares. Es una eleccion . Hay personas que deciden dar placer y en este intercambio, voluntario, consentido, adulto, no tiene por que existir culpa.Asi que esos sicologos vendedores de floro barato realmente no saben lo que dicen. Solo tratan de reafirmar lo que ellos suponen politicamente correcto y aplicarlo a TODOS.