Varios estudios demuestran que aquellos niños que tienen la confianza de platicar con sus padres sobre el sexo - gracias a que sus mamás y sus papás hablan con ellos de forma abierta y los escuchan - tienden a participar con menor frecuencia en comportamientos de alto riesgo en comparación con aquellos que sienten que no pueden hablar con sus padres sobre ese tema. De modo que usted debe examinar sus propias convicciones sobre el sexo. Si usted no se siente cómodo con el tema, lea un libro (vea la sección de Recomendaciones de Lectura para los Padres) y comente sus convicciones con algún amigo cercano, con un pariente, con un médico o con un miembro del clero. Mientras más información obtenga sobre el tema, más confianza tendrá al platicar con sus hijos.
Si usted no puede vencer la incomodidad por completo, sea franco y coménteselo a sus hijos. Puede decirles, "No me siento muy cómodo al hablar sobre el sexo porque mis padres nunca platicaron conmigo sobre este tema. Pero yo quiero que nosotros platiquemos sobre cualquier tema - incluyendo el sexo - así que, por favor, si tienen alguna duda, pregúntenme. Y si yo no conozco la respuesta, les prometo que la investigaré."
Comience a una edad temprana
Enseñar a sus hijos sobre el sexo requiere de un flujo de información suave y continuo que debe comenzar con la mayor anticipación posible - por ejemplo, cuando usted le enseñe a sus hijos pequeños dónde está cada parte de su cuerpo, no olvide decirles "este es tu pene" o "esta es tu vagina." A medida que sus hijos crezcan, usted puede continuar su educación añadiendo gradualmente más información hasta que ellos dominen el tema.
Tome la iniciativa
Si su hijo todavía no le ha formulado alguna pregunta sobre el sexo, utilice cualquier oportunidad que tenga para tocar el tema. Por ejemplo, coméntele que la mamá de uno de sus compañeros de escuela está embarazada. Usted puede decirle, "¿Te fijaste que la barriguita de la mamá de David crece cada vez más? Lo que sucede es que ella va a tener un bebé y el bebé está dentro de su vientre. ¿Tú sabes cómo llegó ahí?" Luego permita que la conversación siga su curso.
Explique la verdad sobre "la cigüeña"
Aunque es cierto que nuestros hijos deben conocer las circunstancias biológicas relacionadas con el sexo, también deben comprender que las relaciones sexuales implican cariño, atención y responsabilidad. Al comentar los aspectos emocionales de una relación sexual, sus hijos contarán con la información necesaria para tomar decisiones en los años venideros y para resistir la presión de sus compañeros de escuela. Si su hijo es un pre-adolescente, usted debe incluir algún mensaje relacionado con las responsabilidades y las consecuencias de la actividad sexual. Por ejemplo, las conversaciones con niños de 11 y 12 años de edad deben incluir alguna plática sobre los embarazos no deseados y sobre los métodos anticonceptivos.
Un aspecto que los padres de familia suelen pasar por alto cuando platican con sus hijos sobre el sexo es el noviazgo. A diferencia de las películas, donde dos personas se conocen y luego terminan en la cama, en la vida real tenemos mucho tiempo para conocer a nuestras parejas - y también para tomarlos de las manos, para jugar boliche, para ir al cine y para platicar. Los niños deben saber que ésta es parte importante de toda relación cariñosa.
Proporcione información precisa y adecuada según la edad de sus hijos
Hable sobre el sexo según la edad y la etapa de desarrollo de sus hijos. Si su hijo de 8 años de edad le pregunta por qué los niños y las niñas cambian físicamente cuando crecen, usted puede responderle: "El cuerpo tiene unos productos químicos especiales llamados hormonas que le indican si debe convertirse en niño o en niña. Los niños tienen un pene y dos testículos, y cuando crecen, su tono de voz se vuelve más grave y les sale cabello en el cuerpo. Las niñas tienen una vulva y una vagina, y a medida que crecen, se les desarrollan los senos y sus caderas se vuelven más redondas."
Anticípese a la siguiente etapa de desarrollo
Los niños pueden asustarse y confundirse con los cambios repentinos que experimentan sus cuerpos cuando llegan a la pubertad. Para poner fin a sus inquietudes, hable con ellos no sólo sobre su etapa de desarrollo actual, sino sobre las siguientes etapas. Una niña de 8 años de edad tiene la madurez suficiente para aprender sobre la menstruación, del mismo modo que un niño de esa edad puede conocer los cambios que experimentará su cuerpo en el futuro.
Dé a conocer sus valores
Tenemos la responsabilidad de dar a conocer a nuestros hijos nuestros propios valores sobre el sexo. Aún si ellos no adoptan nuestros valores cuando crezcan, por lo menos tendrán conocimiento de ellos a medida que luchan por establecer su propio sistema de valores y comportamientos.
Hable con sus hijos del sexo opuesto
Algunos padres de familia se sienten incómodos al hablar sobre temas como el sexo cuando platican con hijos del sexo opuesto. Aunque es comprensible, no permita que esto se convierta en una excusa para eludir la conversación. Por ejemplo, si usted es madre o padre soltero de un hijo varón, consulte algún libro para saber cómo hablar con él o platique con su médico y pídale consejos sobre cómo comentar el tema con su hijo. También puede solicitar la ayuda de algún tío u otro amigo o pariente cercano del sexo masculino para comentar el tema con su hijo, siempre y cuando ya exista un buen vínculo de comunicación entre ellos. Si el grupo familiar se conforma del papá y la mamá, podría ser más fácil si el papá habla con el hijo y la mamá con la hija. Sin embargo, no tiene porqué ser siempre así. Si usted no tiene inconveniente en platicar con sus hijos y con sus hijas, entonces hágalo. Sólo asegúrese que las diferencias de género no hagan que el tema del sexo sea prohibido.
Relájese
No se preocupe si no conoce todas las respuestas a las preguntas de sus hijos. Lo que usted sabe es mucho menos importante que la manera en la que responde. Hágale saber a sus hijos que no hay temas de conversación prohibidos en su hogar.
Si usted no puede vencer la incomodidad por completo, sea franco y coménteselo a sus hijos. Puede decirles, "No me siento muy cómodo al hablar sobre el sexo porque mis padres nunca platicaron conmigo sobre este tema. Pero yo quiero que nosotros platiquemos sobre cualquier tema - incluyendo el sexo - así que, por favor, si tienen alguna duda, pregúntenme. Y si yo no conozco la respuesta, les prometo que la investigaré."
Comience a una edad temprana
Enseñar a sus hijos sobre el sexo requiere de un flujo de información suave y continuo que debe comenzar con la mayor anticipación posible - por ejemplo, cuando usted le enseñe a sus hijos pequeños dónde está cada parte de su cuerpo, no olvide decirles "este es tu pene" o "esta es tu vagina." A medida que sus hijos crezcan, usted puede continuar su educación añadiendo gradualmente más información hasta que ellos dominen el tema.
Tome la iniciativa
Si su hijo todavía no le ha formulado alguna pregunta sobre el sexo, utilice cualquier oportunidad que tenga para tocar el tema. Por ejemplo, coméntele que la mamá de uno de sus compañeros de escuela está embarazada. Usted puede decirle, "¿Te fijaste que la barriguita de la mamá de David crece cada vez más? Lo que sucede es que ella va a tener un bebé y el bebé está dentro de su vientre. ¿Tú sabes cómo llegó ahí?" Luego permita que la conversación siga su curso.
Explique la verdad sobre "la cigüeña"
Aunque es cierto que nuestros hijos deben conocer las circunstancias biológicas relacionadas con el sexo, también deben comprender que las relaciones sexuales implican cariño, atención y responsabilidad. Al comentar los aspectos emocionales de una relación sexual, sus hijos contarán con la información necesaria para tomar decisiones en los años venideros y para resistir la presión de sus compañeros de escuela. Si su hijo es un pre-adolescente, usted debe incluir algún mensaje relacionado con las responsabilidades y las consecuencias de la actividad sexual. Por ejemplo, las conversaciones con niños de 11 y 12 años de edad deben incluir alguna plática sobre los embarazos no deseados y sobre los métodos anticonceptivos.
Un aspecto que los padres de familia suelen pasar por alto cuando platican con sus hijos sobre el sexo es el noviazgo. A diferencia de las películas, donde dos personas se conocen y luego terminan en la cama, en la vida real tenemos mucho tiempo para conocer a nuestras parejas - y también para tomarlos de las manos, para jugar boliche, para ir al cine y para platicar. Los niños deben saber que ésta es parte importante de toda relación cariñosa.
Proporcione información precisa y adecuada según la edad de sus hijos
Hable sobre el sexo según la edad y la etapa de desarrollo de sus hijos. Si su hijo de 8 años de edad le pregunta por qué los niños y las niñas cambian físicamente cuando crecen, usted puede responderle: "El cuerpo tiene unos productos químicos especiales llamados hormonas que le indican si debe convertirse en niño o en niña. Los niños tienen un pene y dos testículos, y cuando crecen, su tono de voz se vuelve más grave y les sale cabello en el cuerpo. Las niñas tienen una vulva y una vagina, y a medida que crecen, se les desarrollan los senos y sus caderas se vuelven más redondas."
Anticípese a la siguiente etapa de desarrollo
Los niños pueden asustarse y confundirse con los cambios repentinos que experimentan sus cuerpos cuando llegan a la pubertad. Para poner fin a sus inquietudes, hable con ellos no sólo sobre su etapa de desarrollo actual, sino sobre las siguientes etapas. Una niña de 8 años de edad tiene la madurez suficiente para aprender sobre la menstruación, del mismo modo que un niño de esa edad puede conocer los cambios que experimentará su cuerpo en el futuro.
Dé a conocer sus valores
Tenemos la responsabilidad de dar a conocer a nuestros hijos nuestros propios valores sobre el sexo. Aún si ellos no adoptan nuestros valores cuando crezcan, por lo menos tendrán conocimiento de ellos a medida que luchan por establecer su propio sistema de valores y comportamientos.
Hable con sus hijos del sexo opuesto
Algunos padres de familia se sienten incómodos al hablar sobre temas como el sexo cuando platican con hijos del sexo opuesto. Aunque es comprensible, no permita que esto se convierta en una excusa para eludir la conversación. Por ejemplo, si usted es madre o padre soltero de un hijo varón, consulte algún libro para saber cómo hablar con él o platique con su médico y pídale consejos sobre cómo comentar el tema con su hijo. También puede solicitar la ayuda de algún tío u otro amigo o pariente cercano del sexo masculino para comentar el tema con su hijo, siempre y cuando ya exista un buen vínculo de comunicación entre ellos. Si el grupo familiar se conforma del papá y la mamá, podría ser más fácil si el papá habla con el hijo y la mamá con la hija. Sin embargo, no tiene porqué ser siempre así. Si usted no tiene inconveniente en platicar con sus hijos y con sus hijas, entonces hágalo. Sólo asegúrese que las diferencias de género no hagan que el tema del sexo sea prohibido.
Relájese
No se preocupe si no conoce todas las respuestas a las preguntas de sus hijos. Lo que usted sabe es mucho menos importante que la manera en la que responde. Hágale saber a sus hijos que no hay temas de conversación prohibidos en su hogar.
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