En masaje, los aceites esenciales son como las especias en la cocina, hay que saber utilizarlos. No es lo mismo un aceite que huele a alimento como naranja o mandarina y nos lleva a la relajación y el sueño tranquilo y apacible que uno que por sus contenidos afrodisíacos nos prepare para lo que deseamos que venga después.
Las esencias son un regalo de la naturaleza. Las plantas las usan como reservas de energía, para la reproducción, para activar el metabolismo, para la regulación térmica, para luchar contra las enfermedades y otras muchas funciones lagunas de ellas desconocidas pro el momento.
Los aceites esenciales se obtienen por medio de diferentes procedimientos como la destilación al vapor, el prensado en frío o la extracción por medio disolventes, pero no es necesario aprender cómo obtenerlos; en cualquier buen almacén de productos esenciales podéis encontrar todos los aceites esenciales que os hagan falta, pero antes de lanzaros en su búsqueda hay algunas cosas que debéis saber.
Primero
Lo primero y muy importante es que nunca deben usarse en la piel en estado puro, es decir, que hay que mezclarlo con un aceite que no huela a nada para que no cambie el olor de nuestro aceite esencial. La piel absorbe todo lo que le ponemos eso quiere decir que parte de los aceites que empleemos en los masajes pasarán a torrente sanguíneo a través de la piel, pero también al inhalar las moléculas aromáticas estas desarrollan su acción en las fosas nasales, la garganta, los bronquios y los pulmones. Por eso se utilizan los aceites de eucalipto que fluidifican la mucosidad bronquial y favorecen la respiración.
Uno de los importantes lugares donde se fijan estas moléculas es en la mucosa nasal y este es el efecto que más nos interesa, el perfume elegido excita las terminaciones nerviosas de dicha mucosa derecha e izquierda de la nariz y estas lanzan la información directamente al bulbo olfatorio del cerebro sin pasar por el sistema racional. Es decir, que el olfato vulnera la mayoría de las veces el sistema guardín represivo y llega inmediatamente a los aspectos emotivos y afectivos que tanto tiene que ver con el deseo sexual.
Por vía del sistema límbico las esencias influyen sobre la actividad del las glándulas de secreción interna, este efecto convierte el masaje en un poderoso afrodisíaco de efectos imprevisibles. No se trata del relax al que estamos acostumbrados se trata de que esos centros donde están las emociones exciten determinadas secreciones hormonales cuyo efecto será estimulante, tonificante o excitante según sea el tipo de aceite utilizado.
No caer en errores
Por lo tanto antes de cada uno de los masajes que voy a proponer y para favorecer sus efectos daré unas indicaciones que deberán cumplirse con precisión sin caer en el error de creer que "cuanto más mejor", las esencias mal aplicadas pueden irritar la piel y causar erupciones o llagas. Tampoco os recomiendo que compréis las esencias ya preparadas porque las fórmulas que propongo no vais a encontrarlas en ninguna tienda.
También os recomiendo que compréis pequeñas cantidades, el problema de los aceites es que se enrancian si se tienen algún tiempo guardados. No uséis aceites sintéticos, para evitarlo conservaré la denominación botánica de la flor de donde provienen los que os recomiendo. Como base de preparación vamos a utilizar aceites naturales puros obtenidos mediante prensa en frío (el aceite de oliva no vale porque tiene un olor muy característico).
Los más importantes aceites básicos son:
Aceite de almendra, de aloe vera, avellana, de cacahuete, pero el más importante de todos ellos es el aceite de coco que se obtiene dejando secar la carne de coco; así se consigue la copra, de la que mediante prensa caliente se obtiene un aceite que está en la base de todos los productos cosméticos. Técnicamente no es un aceite, es una grasa ya que a temperatura ambiente se solidifica formando una masa blanca parecida a la cera que recibe el nombre de manteca de coco, antes de usarlo conviene mantenerlo un rato al baño María que le devuelve la fluidez, es excelente para mejorar el estado general de la piel y el cabello.
El llamado aceite de Macasar muy famoso como cosmético del cabello está formado por aceite de coco y una maceración de flores de ylan-ylang. En la actualidad, las flores frescas pueden reemplazarse por un par de gotas de aceite esencial de ylang-ylang. El aceite de coco se conserva muy bien más de un año. Otro de los aceites básicos es la grasa de cerdo refinada, también ha de usarse después del baño María porque en estado natural es sólida como la mantequilla se enrancia a los tres o cuatro meses, por lo que conviene mantenerlo en la nevera.
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