Los mitos y verdades sobre la sexualidad femenina

viernes, 13 de julio de 2007


Desde la creencia que la mujer es «pasiva» y el hombre es el «activo» hasta el hecho de que el sexo es lo más importante en una pareja. Todas las verdades son relativas si de relaciones humanas se trata. El Sureño buscó la palabra de especialistas que echan luz sobre el tema.
RIO GRANDE.- Si todo lo relacionado con la sexualidad humana se encuentra rodeado de una gran cantidad de mitos y creencias, lo que atañe al desempeño femenino más aún. Particularmente la cultura occidental cuenta con una serie de mitos y creencias con respecto a la sexualidad que están instalados en la mente de muchas personas y que generan miedos, dificultades y trabas en lugar de contribuir a una vida sexual rica y placentera.
El Sureño buscó la palabra de especialistas que echan un poco de luz sobre algunos temas para tener en cuenta a la hora de evaluar a la pareja. «Hay que desmitificar muchas cosas, la sexualidad tiene que ser libre y sin carga de conciencia, que es lo que todavía estamos pagando desde hace décadas atrás, porque el hombre vivió la sexualidad durante toda su historia como un tabú, un pecado, como algo malo o como algo sucio, principalmente por la influencia de las religiones», sostiene el médico urólogo Pablo Vives.
Para el especialista la sexualidad en la mujer es más compleja aún que la del varón. «En el hombre es más elemental: tiene que funcionar para reproducir. En cambio la mujer es receptora y puede procrear y no haber tenido un orgasmo nunca», evalúa.
Que la vida sexual de la mujer termina con la menopausia, que su satisfacción sexual depende del tamaño del pene. No está bien visto que la mujer tome la iniciativa en la relación sexual, que la ausencia del himen prueba que una mujer no es virgen, que la mujer llega al orgasmo al sentir la penetración del pene y que toda mujer llega al orgasmo, pero algunas no lo sienten son algunos de los grandes mitos que hace falta desterrar.
Para la sexóloga Verónica Kenigstein uno de los primeros mitos está relacionado con que para muchas las mujeres no pueden separar el sexo del amor. «Las mujeres hemos aprendido que el sexo está irremediablemente unido al amor. Es cierto que el sexo con amor es mucho más satisfactorio y pleno que el sexo casual y que, en verdad, como una vez leí, el amor es el más potente afrodisiaco».
«Sin embargo -continúa-, hay algunas mujeres (cada vez más) que aceptan la posibilidad de vivir su sexualidad libremente, experimentando y disfrutando sus encuentros sexuales sin necesidad de establecer compromisos afectivos».
Para la especialista, si bien son preferibles los vínculos sexuales donde prime lo afectivo, a veces esto no sucede: «Lo que no impide que las personas podamos experimentar y disfrutar el sexo, con mucho cuidado y sentido de la autoprotección», dice.
Si bien la sexualidad es un aspecto muy importante en toda relación de pareja, no es el único. Muy por el contrario de lo que se cree, un vínculo de pareja no se sustenta únicamente sobre la sexualidad si no existen otros componentes muy importantes como el compromiso o la intimidad, es muy posible que la relación no pueda sostenerse.
Así, el sexo es, como las otras áreas, un espacio donde se manifiestan tanto las fortalezas como las debilidades de una relación, por lo que hay que prestarle mucha atención pero sin descuidar otros aspectos indispensables como la comunicación, el cuidado y la responsabilidad tanto por sí mismo/a como por el/la otro/a.
La ecuación «mujer=pasiva» y «hombre=activo» es otra de las «aberraciones» que consideran los profesionales de la sexualidad y la cual atribuyen a las posturas patriarcales, sostenida aún y hasta por diversas teorías psicológicas.

El orgasmo
«Si una mujer no alcanza un orgasmo de manera rápida y fácil algo malo le debe estar sucediendo», es otra de las creencias que los sexólogos rechazan.
«Cada mujer tiene diferentes ritmos para alcanzar un orgasmo. Incluso aquellas que no tienen dificultad en alcanzarlo pueden requerir de más estimulación incluso si no hay problemas psicológicos o emocionales», dicen.
Aún para aquellas mujeres que alcanzan un orgasmo con facilidad, el mismo no ocurre todas las veces. «De un 70% a un 80% de las veces lo alcanzan las que lo experimentan con regularidad», apunta la psicóloga de parejas Lourdes Berrocal.
Y a esto suma que sólo de un 15% a un 20% de las mujeres experimenta orgasmos múltiples. «Y que quede claro que no hay relación entre satisfacción sexual o ajuste sexual y los orgasmos múltiples», dice.
Para la profesional la respuesta sexual aumenta con la edad. «Hace su momento o pico más alto alrededor de los 35 años y continúa a través de toda la vida. El interés puede disminuir, lo mismo que el funcionamiento debido a alguna enfermedad. Muchas culturas creen que el sexo es para las jóvenes y lindas y no es así», señala.

«Hay algunas mujeres (cada vez más) que aceptan la posibilidad de vivir su sexualidad libremente, experimentando y disfrutando sus encuentros sexuales sin necesidad de establecer compromisos afectivos»

Sexo y menopausia
Los estudios señalan el incremento de la respuesta sexual luego de la menopausia. El temor a quedar embarazada desaparece, el no uso de métodos anticonceptivos y el final de los ciclos menstruales ayuda en esta etapa.
«En este sentido el uso de cremas, píldoras y parches de estrógeno ayuda a prevenir la resequedad vaginal después de la menopausia. El sexo practicado con regularidad mantiene los tejidos vaginales y los mecanismos de lubricación», explican los especialistas.

Lo que les preocupa a ellas

Mucho se habla acerca de sexualidad, qué es lo normal y qué no, qué se debe saber y no se debe dejar de conocer. Pero en realidad el abordaje de este tema es multidisciplinario.
Las Disfunciones Sexuales Femeninas (DSF) son trastornos que ocurren en mujeres de todas las edades, pero el envejecimiento y la menopausia (ya sea natural o inducida quirúrgicamente) se asocian con un aumento de las DSF debido a la declinación de los niveles de estrógenos y testosterona, que son las hormonas que produce el ovario durante toda su vida reproductiva.
Se denomina disfunción en la medida que la mujer consulte por ello, es decir si consulta es porque le causa preocupación y lo vive como una situación que le causa displacer y angustia.
¿Cuáles son las principales disfunciones que afectan a las mujeres?
Frigidez: Es la falta de deseo y de predisposición de la mujer a tener la relación sexual. «Algo está pasando a nivel psíquico y orgánico que está bloqueando su predisposición», explica el urólogo.
Vaginismo: Se produce una contractura en los músculos vaginales, un espasmo inconsciente por acción nerviosa, que cierra la vagina y hace muy difícil la penetración.
Anorgasmia: Es la imposibilidad en la mujer de llegar al orgasmo, es decir, al punto máximo de excitación.
Las tres están entrelazadas y relacionadas una con la otra, por ello lo fundamental es consultar, ya que cualquiera de estos problemas tiene solución. «Lo ideal en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los pacientes; es que sean realizados por un equipo multidisciplinario. Deben intervenir en los tratamientos un urólogo, un clínico, psiquiatras y psicólogos para un abordaje integral de la problemática», señala.
«El orgasmo en la mujer es más de un mandato cerebral y psicológico. En el hombre el orgasmo es más primitivo: tiene la erección, mantiene la relación y eyacula con el orgasmo. Ella tiene que estar en un alto grado de excitación, con buena confianza y predisposición para el orgasmo», explica el urólogo Pablo Vives.
Y a diferencia del hombre, la mujer necesita más tiempo para lograr un orgasmo. «Además la mujer es multiorgásmica, -suma- es decir que luego de un orgasmo, ella tiene un periodo de recuperación muy corto y puede tener otro orgasmo igual o mejor que el anterior, por lo que el deseo no cae y a veces va en aumento; a diferencia del hombre, que puede tener orgasmos, pero su escalera de excitación y deseo, va disminuyendo», dice Vives.
Pocas veces se habla de la disfunción sexual de la mujer, porque es receptora, entonces si ella no lo dice, muchas veces nadie se da cuenta, a diferencia del hombre.
¿Cuáles son los temores más frecuentes en la mujer, relacionados a este tema?
Que la relación se deteriore y que sea por culpa suya, cuando es la mujer la que consulta. Otra fantasía que refieren con frecuencia es el miedo a perder al ser amado, que se «busque otra». De todas maneras, en la actualidad, los especialistas notan que el hombre de a poco participa y acompaña más a la mujer en este terreno.

No hay comentarios: