E l pene
Como enemigo es de lo peor.
Es lo peor. !Sí!. Lejos de causar el placer y bienestar al que está destinado pasa a ser fuente de penurias y sufrimiento.
Es lo peor. !Sí!. Lejos de causar el placer y bienestar al que está destinado pasa a ser fuente de penurias y sufrimiento.
El funcionamiento
Es esperable que se "comporte" a la perfección.
Se le da identidad autónoma e independiente de la persona.
Se lo piensa, siente y trata como si se moviese por sí mismo o como si sus características definiesen al hombre; ora se le ve como si fuese un amigo, ora como un enemigo, creencia o fantasía de que el pene se comporta “bien” o “mal” por si solo, hasta se le pone nombre y se lo felicita o reta. Todos roles asignados al pene que boicotean la sexualidad.
Cuando en algún momento no hay la respuesta esperada la decepción es mucha y con el pene. De allí en mas toda la atención está en él y se le centra toda la atención antes, durante y después de cada relación sexual.
Esa supuesta falla, ese episodio circunstancial se puede convertir en un problema y con el tiempo en un gran problema: la impotencia.
La persona sigue fijada en que el pene “no rinde” como corresponde y queda encerrada en esto.
Cabe agregar que en este problema el hombre es complementado por pareja que también fija su atención en su perfecto rendimiento de acuerdo a que el pene esté siempre erecto.
Se le da identidad autónoma e independiente de la persona.
Se lo piensa, siente y trata como si se moviese por sí mismo o como si sus características definiesen al hombre; ora se le ve como si fuese un amigo, ora como un enemigo, creencia o fantasía de que el pene se comporta “bien” o “mal” por si solo, hasta se le pone nombre y se lo felicita o reta. Todos roles asignados al pene que boicotean la sexualidad.
Cuando en algún momento no hay la respuesta esperada la decepción es mucha y con el pene. De allí en mas toda la atención está en él y se le centra toda la atención antes, durante y después de cada relación sexual.
Esa supuesta falla, ese episodio circunstancial se puede convertir en un problema y con el tiempo en un gran problema: la impotencia.
La persona sigue fijada en que el pene “no rinde” como corresponde y queda encerrada en esto.
Cabe agregar que en este problema el hombre es complementado por pareja que también fija su atención en su perfecto rendimiento de acuerdo a que el pene esté siempre erecto.
El tamaño
Las medidas del pene es un gran enemigo cuando tiene importancia más allá del placer, de tal forma los hombres se traumatizan por si es corto, largo, grueso o fino.
Los recursos personales, sensuales y sexuales pasan a ser entonces desapercibidos.
Es un empobrecimiento de la persona y de sus capacidades eróticas que lo llevan a tener la vista solamente en su miembro viril, y conlleva no creerse capaz de poseer recursos personales como para garantizar el bienestar y el placer de ambos.
La mayor cantidad de las veces son hombres cuyas medidas oscilan dentro de la media general, es decir dentro del tamaño que tienen la mayoría de los hombres. Esto es: en estado de flacidez 8 a 10 cm. aproximadamente, en erección de 15 cm. a 17 cm.
De todas formas aún cuando sea menor o mayor la medida no es esto lo que determina la calidad a la relación sexual ni valorización a la persona.
El tratamiento correspondiente a hombres aquejados por el tamaño de su pene es una psicoterapia que apunte a la identidad y valorización de la persona.
Lamentablemente contamos con ejercicio profesional comercial que solo apunta a enriquecer sus bolsillos o profesionales ignorante de la sexualidad que realizan prácticas manipuladoras del pene y de la persona a fin de alargarlo. Estos objetivos y promesas no son cumplidos, aún cuando lo fuesen no están resolviendo el problema, es mas están acrecentando en el hombre la idea de que su valor depende de cuestiones foráneas a sus capacidades personales. Y el problema se va acrecentado cada vez más.
Como cierre al tema decimos que es, por ejemplo, la sensibilidad de ambos, poder llegar al otro de acuerdo a las apetencias del otro, la riqueza del juego erótico y la forma de penetración lo fundamental en el coito y no el largo o ancho del pene. Agregamos que la zona de mayor sensibilidad de la vagina esta en su entrada en el llamado “punto g”, por lo que el movimiento del pene en este punto requiere habilidad y no tamaños determinados.
Tema que seguimos en el artículo “Los tamaños”.
Los recursos personales, sensuales y sexuales pasan a ser entonces desapercibidos.
Es un empobrecimiento de la persona y de sus capacidades eróticas que lo llevan a tener la vista solamente en su miembro viril, y conlleva no creerse capaz de poseer recursos personales como para garantizar el bienestar y el placer de ambos.
La mayor cantidad de las veces son hombres cuyas medidas oscilan dentro de la media general, es decir dentro del tamaño que tienen la mayoría de los hombres. Esto es: en estado de flacidez 8 a 10 cm. aproximadamente, en erección de 15 cm. a 17 cm.
De todas formas aún cuando sea menor o mayor la medida no es esto lo que determina la calidad a la relación sexual ni valorización a la persona.
El tratamiento correspondiente a hombres aquejados por el tamaño de su pene es una psicoterapia que apunte a la identidad y valorización de la persona.
Lamentablemente contamos con ejercicio profesional comercial que solo apunta a enriquecer sus bolsillos o profesionales ignorante de la sexualidad que realizan prácticas manipuladoras del pene y de la persona a fin de alargarlo. Estos objetivos y promesas no son cumplidos, aún cuando lo fuesen no están resolviendo el problema, es mas están acrecentando en el hombre la idea de que su valor depende de cuestiones foráneas a sus capacidades personales. Y el problema se va acrecentado cada vez más.
Como cierre al tema decimos que es, por ejemplo, la sensibilidad de ambos, poder llegar al otro de acuerdo a las apetencias del otro, la riqueza del juego erótico y la forma de penetración lo fundamental en el coito y no el largo o ancho del pene. Agregamos que la zona de mayor sensibilidad de la vagina esta en su entrada en el llamado “punto g”, por lo que el movimiento del pene en este punto requiere habilidad y no tamaños determinados.
Tema que seguimos en el artículo “Los tamaños”.
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